El ritmo al que han avanzado las nuevas tecnologías en los últimos años resulta frenético. Esto ha provocado que tengamos que adaptarnos a los cambios que han supuesto en nuestra rutina diaria: a través de la red podemos encontrar información de forma inmediata y comunicarnos a través de sistemas de videoconferencia como Skype; podemos localizar y ser localizados, establecer comunicación en tiempo real con otras personas a través de chats, bucear en las redes sociales y ser visibles en ellas y mil cosas más que vamos aprendiendo a marchas forzadas.