Street art: ¿arte o vandalismo?
Este verano (por fin) he visitado Florencia con mi familia. Era un sueño que llevaba acariciando desde que era cría y que sobrepasó todas mis expectativas. ¡Una ciudad maravillosa! De esas que puedes patear de arriba abajo y sentirte parte de ella al poco tiempo de llegar.
Florencia respira arte: museos, palacios, iglesias te hacen viajar en el tiempo para disfrutar de los tesoros de un pasado espléndido, pero con lo que no contábamos era con una original y divertida muestra de arte urbano o street art que abarca la ciudad entera. Y no se trataba de arte al uso, sino de la obra de un artista, Clet Abraham, que utiliza como soporte ni más ni menos que las señales de tráfico de la ciudad.
Parece ser que no está muy bien visto, de hecho ha tenido más de un encontronazo con las autoridades y le ha tocado pagar unas cuantas multas, aunque continúa reincidiendo, haciendo un uso poético en ocasiones, en otras provocador, reivindicativo o sencillamente divertido de toda señal de tráfico que se le pone por delante.

¿Un “guiño” a la autoridad?
Fue divertido, porque pasamos parte de las vacaciones a la caza y captura de “señales tuneadas” que nos hacían sonreír e incluso reflexionar sobre la aceptación de la autoridad (vamos, que casi nos volvemos subversivos y todo 😆😁😆).

Irreverentes y con un punto de mala leche. El chicle en la frente debe de ser obra de algún espontáneo.
¿Arte urbano o vandalismo? No sabría decirlo: hay que reconocer que no está bien intervenir sobre las señales de tráfico porque cumplen una función seria e importante para la seguridad de conductores y peatones, pero esta forma de street art es tan cercana, tan divertida, tan intuitiva que se ha ganado mi simpatía y la de mi familia, al igual que la de un montón de gente que se queda con la boca abierta cuando las contempla por primera vez.

En el post-it que hay bajo la primera señal se lee: “Sé valiente, no dejes que el arte urbano muera”. ¿Un mensaje de un admirador😄?
Reportaje fotográfico
Y sinceramente, uno de los recuerdos más bonitos mi visita a Florencia fue el “reportaje fotográfico” de señales de tráfico realizamos mi hija, mi marido y yo cuando les dije: “Chicos, aquí hay material para un post”, y se pusieron manos a la obra.
En muchas ocasiones nos encontramos con que la gente “maqueaba” por su cuenta las señales ya tuneadas por Clet.

Una crítica al peso de la autoridad sobre el individuo.
Pero fuimos más allá. Preguntamos en el hotel y nos hablaron de su autor, que vivía en Florencia. Descubrimos dónde estaba su estudio (al otro lado del río, justo en la plaza que se encuentra antes de la subida a los miradores, por si os acercáis por ahí algún día), aunque tuvimos la mala suerte de que no se encontraba allí. No obstante recorrimos la curiosa mezcla de museo-tienda donde se exponen algunas de sus obras y se venden reproducciones en vinilo muy graciosas de las señales que “decora”.

En el estudio de Clet Abraham. Curiosa visión de la justicia que escenifica la escultura que tengo detrás, ¿verdad?
Echamos un vistazo a sus bocetos y a sus originales obras. Algunas hablaban sobre la libertad.

Un satírico canto a la libertad sobre una señal de prohibición.
La ironía también estaba presente en sus intervenciones.

Dos señales similares, pero una con un mensaje poético y la otra con una visión crítica de la economía.
En estas dos señales, en cambio, vimos un homenaje a Miguel Ángel.

En primer plano vemos el David en proceso de creación y al fondo la famosa escultura sosteniendo la señal de prohibición.
Pero lo más divertido era encontrarte con sus propuestas en plena calle. A veces utilizando personajes y sentido del humor.
También hubo un rincón para la música.
Y en otras ocasiones las señales se convertían en pura poesía.

Poesía entre el tráfico
Existen muchas más propuestas del street art de este autor en Florencia. Desde luego que no las vimos todas, pero podéis encontrar muchas más en la página de Instagram de Clet Abraham.
Por último recomendaros que si entra en vuestros planes ir a Florencia no os perdáis este museo al aire libre, en especial si vais con niños, porque supondrá un respiro ante la sobreexposición de arte académico en la que seguramente os veréis envueltos.
Allí os tocará decidir a vosotros si estáis contemplando una obra de arte o un acto de vandalismo urbano. Aunque creo que, como a mí, os ganará la frescura y la originalidad de Clet.